Mientras los políticos nacionales, de aquí y de allá, siguen en sus torres de marfil, la economía española empieza a ver aquellos brotes verdes que en su momento apuntara falazmente Zapatero. Y en ello algo ha tenido que ver el gobierno del Partido Popular que, pese a sus propios escándalos de obras y comisionistas, sigue preocupándose de los problemas que si afectan a los ciudadanos. Ello permite, después de muchos años, una importante bajada de impuestos o la convocatoria de oferta de empleo público. Esto son políticas reales. Frente a esas políticas, los secesionistas que gobiernan Catalunya, ya sea por votación o por coacción, siguen en sus delirios estatistas despreocupándose de atender a los ciudadanos y con los servicios sociales en mínimos para poder seguir manteniendo embajadas, elecciones, coblas y jueces o abogados que les hagan constituciones nada democráticas o defensas de sus propios chanchullos. Finalmente se auto aprobarán unos presupuestos para poder tirar hasta el 27 de septiembre pero, eso sí, yendo a mendigar dinero a Madrid para no cerrar más plantas asistenciales en los hospitales públicos, mal pagar a las farmacias o atender a los propios sueldos de los funcionarios de la Generalitat. Nuestro Ayuntamiento se encuentra en mejor situación económica. Ello le permite realizar obras públicas, de mayor o menor entidad, que conllevan inauguraciones con vermouth, vino o aperitivo, que incluso sirve el propio alcalde. En broma le dije…una copa, un voto. Pero algo de ello hay. La prisa en acabar intervenciones necesarias y reclamadas durante años acaba beneficiando a los vecinos, aunque sea a costa de aguantar discurso de inauguración y aperitivo con el alcalde. Se nota que algunos ya están haciendo campaña electoral, aunque ahora se le llame “precampaña”. Pero que nadie olvide que, tras una gestión más o menos razonable, el verdadero rostro de los gobernantes de Alella se dibuja con una estelada y con un horizonte claro….la independencia de Catalunya. Esa es su prioridad. Y frente a ello sólo el Partido Popular levanta la bandera del constitucionalismo y el respeto a las leyes.